miércoles, 25 de enero de 2012

EEUU la batalla por la Casa Blanca se define en el área de la vida. Ver detalles que muestran como el estatuto embrión humano es el tema candente

         "¿Cuándo creen que co­mienza la vida?", preguntó Johnny DuPree candidato demócrata a gobernador de Mississippi, en un debate público el pasado 14 de oc­tubre. La pregunta era retó­rica, y la respuesta de DuPree, no fue una sorpresa en una de las regiones más con­servadoras de Estados Unidos, fue la misma que la de su rival republicano: "Creo que la vida comienza en la concepción".
         El 8 de noviembre, los vo­tantes de Mississippi no sólo decidirán quién debe dirigir el Estado, sino también indi­car si están de acuerdo con los candidatos sobre el esta­tuto del embrión. La inicia­tiva electoral 26 propone que se modifique la consti­tución del estado para redefinir "persona" como "todo ser humano desde el mo­mento de la fecundación, la clonación o su equivalente". Si resultara aprobada, la en­mienda otorgaría derechos humanos a óvulos humanos fecundados, por lo que el aborto sería ilegal en el esta­do en todas las circunstan­cias. "El niño por nacer en el vientre materno se ha de­mostrado científicamente que es un ser humano", dice Jennifer Mason, director de Comunicación de Personhood, uno de los patrocina­dores de la iniciativa.
       Mediante esta definición de la personalidad, la medi­da también tendría un im­pacto más allá del aborto; por ejemplo, descartaría la investigación con células madre embrionarias huma­nas y pondría a los médicos que ofrecen fecundación in vitro (FIV) en una situación jurídica dudosa. "Es una in­tromisión peligrosa en la salud de la mujer, en sus dere­chos y en la salud de las fa­milias", dice Stan Flint, con­sultor de Mississippi para Healthy Families, que se opone a la enmienda.
         Propuestas similares se hi­cieron antes a los votantes estadounidenses durante las campañas en Colorado, don­de el movimiento Personhood apareció por pri­mera vez como estrategia frente a las leyes del aborto. Sin embargo, en 2008 y 2010 estas iniciativas fueron derrotadas rotundamente.
Mississippi podría ser di­ferente. Con candidatos de ambos partidos, el fiscal ge­neral y una falange de gru­pos religiosos apoyando la Iniciativa 26, hay una sensa­ción generalizada de que la medida podría ser aprobada. Esta victoria reforzaría los esfuerzos de iniciativas simi­lares en otros estados, de Oregón a Florida. En última instancia, Personhood USA espera ganar iniciativas en al menos dos tercios de los 50 estados. Estos estados, a su vez, podrían pedir al Congreso que presentara una enmienda constitucio­nal. Incluso si la estrategia fracasara, la victoria en unos pocos estados inclinaría la balanza en el debate por la manipulación de embriones humanos, invitando a res­tricciones futuras de fondos federales para investigación con células madre. "Creo que los implicados deberían estar preocupados", afirma Alta Charo, jurista y bioético en la Universidad de Wísconsin-Madison. "Aún son rehenes de los debates sobre el aborto".
       El voto de Mississippi ten­drá poco impacto directo en la investigación con células madre embrionarias, porque el Estado apenas interviene en este campo. La amenaza para la tecnología reproduc­tiva es más inmediata.
         El movimiento Personhood afirma que decir que esta iniciativa podría restringir los tratamientos de fertilidad y control de la na­talidad es alarmista. "No va a prohibir la FIV ni la anti­concepción. Sólo va a prohi­bir los procedimientos y las píldoras que matan a una persona afirma Mason.
         Los opositores dicen que el texto de la enmienda sig­nifica que podría interferir con las prácticas médicas es­tablecidas. "Si la personali­dad empieza en la fecunda­ción, entonces tenemos que hablar sobre la FIV y el con­trol de la natalidad", dice Jonathan Will, director del Centro de Bioética y Dere­cho Sanitario en el Mississippi College, en Jackson. Algunas formas de anticon­cepción, como el dispositivo intrauterino y la pildora del día después, podrían ser considerados ilegales en vir­tud de la enmienda (Nature 479; 13-14, 2011).



No hay comentarios:

Publicar un comentario