martes, 10 de enero de 2012

Urge restaurar la familia y vida - socialistas festejan creen que PP no se animará a deshacer lo hecho - ¿tendrán razón?

FORTALECER DERECHO A LA VIDA Y VALORIZAR MATRIMONIO POTENCIAN ECONOMÍA
         El matrimonio y la fertilidad tienen una influencia decisiva para sostener el crecimiento económico a largo plazo, la viabilidad del Estado del bienestar, el volumen de la fuerza laboral y la prosperidad de amplios sectores de la economía. Así lo sostiene el informe The sustainable demographic dividend: What fertility and family have to do with the economy (SDD), recién publicado en Estados Unidos por el National Marriage Project de la Universidad de Virginia, con el patrocinio del Social Trends Institute.
         El importante descenso de la fertilidad que experimentan más de 75 paises desarrollados, con índices situados por debajo del umbral de reemplazo generacional (2,1 hijos por mujer), está produciendo desajustes en la estabilidad fiscal y económica.
         El estudio SDD explica que los primeros efectos de la baja fertilidad parecen ser positivos para la economía. Al haber menos niños que cuidar, más mujeres se integran al mercado laboral, los adultos trabajadores se concentran más en la generación de riqueza y aumenta el consumo de bienes y servicios. Asimismo, por ser pocos, cada niño recibe una mayor inversión.
Sin embargo, cuando no se supera el nivel de reemplazo generacional, los efectos negativos acaban diluyendo la aparente prosperidad y se experimentan consecuencias más graves: contracción de la fuerza laboral, aumento progresivo de la población dependiente y reducción de la población joven, desaceleración del mercado (especialmente de sectores que dependen del consumo de las familias), falta de incentivos endógenos para la innovación tecnológica y científica, disminución del emprendimiento (concentrado sobre todo en la población joven), crecimiento económico más lento, y sobrecarga al erario público para el pago de pensiones de jubilación.
         Para el investigador Phillip Longman, si se mantienen las tendencias actuales "tendremos un mundo rápidamente envejecido, con pocos niños —muchos de los cuales no tendrán los beneficios de crecer en una familia con dos padres o con hermanos—, con ancianos solitarios que sobreviven con escasos recursos, y con un estancamiento cultural y económico".
         La reducción de los nacimientos no es lo único que preocupa a los autores del informe, sino también el incremento del divorcio, la maternidad en soltería, los hogares monoparentales y el porcentaje de niños nacidos fuera el matrimonio.
         El informe cita diversas investigaciones sociales que demuestran que los niños que son criados por unos padres casados y en un hogar estable ("familia intacta"), tienen mayores posibilidades de convertirse en trabajadores productivos y bien integrados a su medio.
         La estabilidad familiar también repercute positivamente en la dinámica del mercado. De acuerdo con el informe y con cifras norteamericanas, los adultos casados y padres gastan más dinero en productos y servicios relacionados con el hogar. Los padres casados no sólo consumen más, sino que dedican más tiempo al mantenimiento del hogar y a las tareas domésticas. Incluso tienen patrones de consumo más responsable.
         Para el sociólogo Bradford Wilcox, director de este proyecto y del National Marriage Project de la Universidad de Virginia, la promoción del fortalecimiento de la familia es una labor que deben desempeñar no sólo los gobernantes, sino también los empresarios y cualquier ciudadano, al menos por una razón de conveniencia: porque el devenir de la economía depende del bienestar de la familia.
         El SDD incluye un estudio comparativo sobre indicadores de estructura, bienestar y cultura familiar entre 29 países de todas las regiones. Los datos se han obtenido de los Demographic Health Surveys (DHS), una fuente internacional de información sobre población, salud y nutrición, que permite aplicar estudios transversales entre países.
         El matrimonio continúa siendo el principal pilar de la vida adulta en Asia y el Medio Oriente, donde China (7,7 por mil habitantes) y Egipto (9,2 por mil habitantes) están a la cabeza de la tasa bruta de nupcialidad. En contraste, la mayoría de países de Europa, Norteamérica y Oceanía tienen una tasa media (5,5 matrimonios por mil habitantes), con países que la superan (Polonia 6,6 y Estados Unidos 7,2) y otros ubicados por debajo de la media (Canadá 4,6, Francia 4,0, Alemania 4,6, y España 3,8).
         El porcentaje de matrimonios es particularmente bajo en África y América Latina (menos de 4 por mil habitantes) debido a la popularidad de la cohabitación, la migración prolongada, y la juventud de su población.
         Para Paúl Corcuera, profesor de la Universidad de Piura y coautor del informe, la cohabitación tiene raigambre cultural en países andinos, amazónicos y con población rural. Las estadísticas disponibles en Perú, por ejemplo, no permiten distinguir entre la cohabitación en sentido estricto, como forma de unión condicionada al status afectivo de la pareja; y otro tipo de convivencia muy similar al matrimonio (con mutua fidelidad, apertura a la vida, solidaridad recíproca, tendencia a la perpetuidad, y reconocimiento de la comunidad).
         Los índices de divorcios se han incrementado en los años recientes, pero aún se mantienen diferencias considerables en las tendencias entre regiones. En las Américas, por ejemplo, se registra la ratio más alta de divorcios (Estados Unidos con 7,3 divorcios por mil habitantes) y el más bajo del mundo (Colombia con 0,2 divorcios por mil habitantes).
         En los países de Europa, las Américas y Oceanía más del 10% de niños son criados por padres solteros. Esta proporción está condicionada, pero no determinada por la maternidad en soltería, que en promedio global supera el 40%. América Latina es la región con los porcentajes más altos de nacimientos fuera del matrimonio (55%-74%), aunque muchos niños viven en hogares de convivientes.
         Los niños tienen actualmente mayor probabilidad de crecer en familias pequeñas en el Este asiático y Europa (regiones con las tasas más bajas de natalidad), en familias medianas en las Américas y Oceanía, y en familias grandes en África, Medio Oriente y Sudeste asiático.
         ¿Es posible revertir la tendencia a la baja natalidad y fomentar estructuras de hogar más estables? El informe SDD recoge algunas recomendaciones para "fortalecer la familia" que podría aplicarse desde el sector público o privado. Propone, por ejemplo: Promover las empresas familiares y el ahorro; incrementar la seguridad laboral para los jóvenes; reducir el costo de la vivienda; apoyar el matrimonio y la paternidad responsable; compensar a los padres que tienen más hijos con reducción de impuestos o ayudas directas; aplicar políticas para la conciliación de la vida laboral y familiar; valorar socialmente a las mujeres que se dedican al cuidado del hogar; respetar la religión como una fuerza pro-natalicia, y promover, desde los medios de comunicación y las campañas de marketing, una cultura a favor del matrimonio y la unidad familiar (Gloria Huarcaya. Aceprensa 11-X-2011).

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