jueves, 12 de enero de 2012

CARMEN VELA CARTA ABIERTA A LA NUEVA SECRETARIA DE ESTADO

CARTA ABIERTA A LA NUEVA SECRETARIA DE ESTADO, DE INVESTIGACIÓN, DESARROLLO E INNOVACIÓN, DOÑA CARMEN VELA
Sin duda, somos muchos los que tenemos una, no sé si fundada, esperanza en que el nuevo Gobierno, presidido por el señor Rajoy, sea favorable a la defensa de la vida humana. Sin embargo, unas recientes declaraciones de uno de sus miembros, doña Carmen Vela, Secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación no parece que apunten en esa dirección.
En efecto, hace unos días en la revista “El Afilador” la señora Vela se mostraba decididamente favorable al uso de células madre embrionarias, tanto para fines experimentales, como presuntamente terapéuticos, afirmando que las opiniones contrarias a su uso son más de carácter metafísico que científico, y manifestando además una no muy favorable opinión sobre lo que la Iglesia Católica defiende en este campo, al no mostrarse partidaria  del uso de células madre embrionarias para cualquier fin, opinando que ello puede ser debido a que la Iglesia tiene miedo a los avances de la Ciencia e incluso llegando a mantener que las opiniones sobre esta materia están rodeadas de un halo de brujería.
Pues bien, señora Vela, desde la Ciencia voy a tratar de comentar su opinión sobre el uso de las células madre embrionarias, pues sin duda una Secretaria de Estado de Investigación comprenderá muy bien -eso espero- lo que voy a transcribirle.
En primer lugar, afirmar de forma rotunda, que las células madre embrionarias en oposición a las adultas tienen muy escasas posibilidades, por no decir nulas, en el campo terapéutico humano. En efecto, en la prestigiosa página web ClinicalTrials.gov, con fecha 6 de octubre pasado, se indicaba que en el momento actual en el mundo hay 110468 ensayos clínicos en marcha, en 171 países; de ellos 3601 utilizan células madre adultas y solamente 11 células madre embrionarias. Sin embargo, incluso estos 11 ensayos, a nuestro juicio, no parecen bien documentados, en cuanto a que utilicen células madre embrionarias con fines terapéuticos. En efecto, en este sentido, los hemos analizado en profundidad, y hemos podido comprobar (Journal of Physiology and Biochemistry 67; 141-144, 2011) que solamente dos de ellos cumplen el indispensable requisito de utilizar células madre embrionarias con fines terapéuticos.
Pero aún hay más, señora Vela. En lo que nuestro conocimiento alcanza, en el momento actual únicamente hay cuatro ensayos clínicos autorizados que propugnan utilizar células madre embrionarias con fines terapéuticos. El primero de ellos, propuesto por la firma norteamericana Geron (Nature Biotechnology 2009; 27: 213-214), está dirigido a tratar 11 pacientes con lesión de la médula espinal. Los otros tres están promovidos, por la también firma estadounidense Advaced Cell Technology (Nature.com Posted by Elie Dolgin on September 22, 2011), y van encaminados a tratar pacientes con dos graves enfermedades oculares, la distrofia macular de Stargard y la degeneración macular asociada a la edad. Los dos primeros a desarrollarse en hospitales norteamericanos y el último en el Moorfields Eye Hospital de Londres (Nature.com Posted by Elie Dolgin on September 22, 2011).
Pero para abundar más en la no utilidad de las células madre embrionarias con fines terapéuticos en humanos, conviene señalar el hecho, a nuestro juicio de gran importancia, de que la propia firma Geron ha retirado el ensayo clínico por ella propuesto (Nature 479; 272-273, 2011), después de haber invertido en su proyecto varios centenares de millones de dólares, aduciendo que lo hacía por la escasa rentabilidad del mismo, aunque a nuestro juicio, ello puede ser debido a que en los únicos cuatro enfermos hasta ahora introducidos en el ensayo no se han podido comprobar mejoras funcionales de la médula espinal tras el trasplante celular.
Con referencia a los ensayos propuestos por la firma Advanced Cell Technology (Nature.com Posted by Elie Dolgin on September 22, 2011), en el primero de ellos se piensa tratar a 12 pacientes, pero hasta el momento actual solo dos han sido incluidos. En los otros dos ensayos todavía no se ha introducido ningún enfermo.
Es decir, en este momento no hay en el mundo ningún ensayo clínico en marcha que utilice células madre embrionarias en fase avanzada de desarrollo, y mucho menos que haya sido terminado y del que se pueden extraer conclusiones objetivas en relación con la utilidad clínica de las células madre embrionarias.
Sin duda, hay más datos para afirmar la no utilidad en el momento actual de las células madre embrionarias para tratar pacientes con graves enfermedades, especialmente degenerativas, datos que omito para no cansarla, Sra. Vela, y tampoco cansar a nuestros lectores.
No es por tanto, señora Vela, un problema de brujería, la oposición de la Iglesia y gran parte de los que nos movemos en el ambiente científico, al uso de las células madre embrionarias con fines terapéuticos, sino consecuencia de la evidencia científica de que éstas no son útiles para este fin clínico.
Además de ello, también quiero recordarle que el trasplante de células madre embrionarias en humanos tiene objetivas dificultades médicas, especialmente debidas a que pueden promover el rechazo del material trasplantado y  al posible desarrollo en el paciente que las recibe de tumores. Pero además, también conlleva su uso insalvables dificultades éticas, pues para obtenerlas no  hay que olvidar  que se requiere destruir embriones humanos.
Por ello, gran parte de los expertos en estas materias se inclinan decididamente por el uso de las células madre adultas e incluso de las células adultas reprogramadas (las células iPS) para ser utilizadas en el prometedor campo terapéutico de la medicina regenerativa y reparadora.
                                                                                                                         Justo Aznar
                                                                                             Director del Instituto de Ciencias de la Vida
                                                                                                      Universidad Católica de Valencia

1 comentario: