miércoles, 8 de febrero de 2012

El médico ante el final de la vida, su misión

El médico ante el final de la vida.

         A mis colegas quisiera pe­dirles lectura atenta de nuestro nuevo Código de Deontología Médica, que es una (la) Guía de Ética que la profesión se ha dado (apro­bado en la Asamblea Gene­ral del Consejo de Colegios Médicos el pasado julio) pa­ra ejercer la medicina; y la Guía de Sedación Paliativa (aprobada en la Asamblea General en octubre), para así tener las coordenadas que nos hagan entender, asumir y conocer cuál debe ser nuestra buena praxis an­te el final de la vida de nues­tros pacientes.
         No hay muerte digna, la muerte es muerte. Sí debe­mos hacer una vida digna y si deberemos ocuparnos de dignificar los últimos mo­mentos de la vida.
         El médico tiene el deber de intentar la curación o mejoría del paciente siem­pre que sea posible. Cuando ya no lo sea, permanece la obligación de aplicar las me­didas adecuadas para conse­guir su bienestar, aun cuan­do de ello pudiera derivarse un acortamiento de la vida (art.36-1.CDM).
         Venimos a definir los cui­dados paliativos como el conjunto de intervenciones dirigidas, desde un enfoque integral, a la promoción de la calidad de vida de los pa­cientes y sus familias, afron­tando los problemas asocia­dos con una enfermedad terminal (enfermedad incu­rable, avanzada e irreversi­ble, con un pronóstico de vi­da limitado a semanas o me­ses) mediante la prevención y el alivio del sufrimiento, así como la identificación, valoración y tratamiento del dolor, y otros síntomas físi­cos y psicosociales.
         El médico no deberá em­prender o continuar accio­nes diagnósticas o terapéuti­cas sin esperanza de beneficios para el enfermo, inúti­les u obstinados. Ha de te­ner en cuenta la voluntad explícita del paciente a rechazar dicho tratamiento para prolongar su vida (art. 36.2). El médico nunca pro­vocará intencionadamente la muerte de ningún pacien­te, ni siquiera en caso de pe­tición expresa por parte de éste (art. 36.3).
         El médico está obligado a atender las peticiones del paciente reflejadas en el do­cumento de voluntades anti­cipadas, a no ser que vayan contra la buena práctica mé­dica (art. 36.4). La sedación en la agonía es científica y éticamente correcta sólo cuando existen síntomas re­fractarios a los recursos tera­péuticos disponibles y se dispone del consentimiento del paciente implícito, explí­cito o delegado (art. 36.5).
         La situación de agonía es la que precede a la muerte cuando ésta se produce de manera gradual, y en la que existe deterioro físico inten­so, debilidad extrema, alta frecuencia de trastornos cognitivos y de la conciencia, dificultad de relación e ingesta y pronóstico de vida limitado a horas o días. La sedación paliativa en la ago­nía es la que se utiliza cuan­do el enfermo se encuentra en sus últimos días u horas de vida para aliviar un sufri­miento intenso. La sedación paliativa es la disminución deliberada del nivel de con­ciencia del enfermo me­diante la administración de fármacos apropiados con el objetivo de evitar un sufri­miento intenso causado por uno o más síntomas refrac­tarios. La sedación no se de­be instaurar para aliviar la
pena de los familiares o la carga laboral y la angustia de las personas que atienden al enfermo, ni como "eutana­sia lenta" o "eutanasia encu­bierta". Existe una clara y re­levante diferencia entre se­dación paliativa y eutanasia si se observa desde la Ética y la Deontología Médica. La frontera entre ambas se en­cuentra en la intención, en el procedimiento empleado y en el resultado. En la seda­ción se busca disminuir el nivel de conciencia, con la dosis mínima de fármacos, para evitar que el paciente perciba el síntoma refracta­rio. En la eutanasia se busca deliberadamente la muerte anticipada tras la adminis­tración de fármacos en dosis letales, para terminar con el sufrimiento del paciente. Los médicos estamos obliga­dos a ayudar durante toda la vida a nuestros pacientes, hasta su muerte (Pedro Hidalgo, presidente del Colegio  de Médicos de Badajoz. MEDBA, Revista Del colegio de médicos de Badajoz.)

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